UNA VIEJA CASA… Y UNA HISTORIA PERIODÍSTICA

Por J. L. G. para “El Chasqui”, 1971

La casa aún está sin demoler pero en ruina, tipo fin de siglo de piezas corridas y galería de cinc. Tiene salida a la calle Pacheco y la chapa golpeada, parece indicar el número 1083. Fue construida –se dice- en 1889, dos años después de inaugurada la casa de altos de Pastré. Cuando llegamos ahí, la puerta de tejido estaba abierta, señal que alguien la habitaba… Ese “alguien” apareció como arte de magia… Era un anciano de aspecto pobre y vestimenta de pantalón corto, debido al intenso calor de ese mediodía… guadaña en mano, en acción de cortar el poco yuyo del patio…

Fue vernos, a la distancia e inquirir con la mirada lo que deseábamos… Se le preguntó si esa  propiedad había pertenecido a la familia de Alberti. O no entendió bien nuestra pregunta o padecía de sordera, el hombre bueno solo atinó a hacernos seña a fin de que nos dirigiésemos al vecino que desde la vereda de la casa de enfrente, observaba la escena…

A él fuimos seguros de hallar los datos que necesitábamos y que nos sirvieron para confirmar lo dicho más arriba, que esa era una de las primeras casas en material que se construyeron en el paraje, donde, sobre todo, en calles sin pavimentar todavía, se ven muchos baldíos. Tierras que correspondían a una mayor extensión, comprendidas entre las calles Rivadavia, Santiago Firpo, Blas Parera y Ventura Alegre; manzanas que fueron divididas en lotes por el ingeniero civil don Juan Dillón (hijo), el 9 de enero de 1874, según plano que tenemos a la vista.

Hemos descripto el lugar… y ahora nos toca entrar en la historia del título… es decir, referirnos a don Adolfo Alberti, prestigioso y querido vecino, a la sazón fundador del primer periódico local, en su carácter de director propietario, desde el vamos.

Título: Ituzaingó… Era lo lógico, que llevara el nombre del pueblo y la estación… de sus amores. Don Adolfo, era hijo de don Antonio Alberti que construyó la mencionada casa, era casado con doña Josefina Calson, inglesa, que le sobrevive; ha cumplido esta última 84 años y vive aquí con uno de sus hijos que son estimadísimos convecinos: Adolfo, Carlos A. y Horacio O.; los otros hijos, Aristóbulo y Ernesto, residen en la Capital.

Este periódico bisemanal, apareció en enero de 1914, con su sede –Redacción y Administración- en la nombrada casa: Sarmiento y Humberto 1° (hoy Pacheco y Arengreen respectivamente); de excelente presentación y clara tipografía, constaba de solo cuatro páginas; no era político sino totalmente independiente, como cuadraba el momento que se vivía, conmocionado por los anuncios de la Primera Guerra Mundial, y en nuestro medio, por los atisbos eleccionarios de acuerdo con la Ley Sáenz Peña. Pero como hemos logrado ver el sexto número –lamentablemente muy deteriorado- vamos a referirnos a una noticia, comentada en columna y media que se titula: “Electrificación del F.C.O. Una nueva postergación”, en la cual el articulista expresa que los usuarios del servicio de Liniers a Moreno se sentirán defraudados si no se inician pronto las obras conforme a la ley 7029, pues se rumorea que la Empresa va a cambiar el plan electrificando primero el ramal Once-Versailles (acotamos que así se realizó, pero después fracasó). Más adelante –dice- “no es la primera vez que esta Empresa trata de burlar las leyes de la Nación” (sic); “que aún se oyen los ecos de protesta del vecindario cuando se opuso a la solicitud al Congreso para circunscribirse solo al tramo Once-Liniers; ya entonces –agrega- las comisiones de fomento se hicieron oír”. Se pedía la realización total.

Después de otras críticas, comenta “que desde el año 1898 los vecinos de Ituzaingó, Merlo y Moreno han venido gestionando la prolongación de los locales de Morón a Moreno”. (nuevamente acotamos: en 1874 el trayecto de Morón a Ituzaingó se efectuaba en 5 minutos y desde Once en 30; actualmente por no haberse llevado a cabo, totalmente las obras que es obvio mencionar, éste último trayecto se hace en 40 minutos o en 50, si hay que trasbordar en Liniers o en Castelar).

En otra columna encontramos una colaboración del poeta y escritor don Basilio V. de Charras a la sazón afincado en Ituzaingó, titulada “Pedro J. Naón – aniversario de su muerte”.

Ahí comienza diciendo “que el poeta Pedro J. Naón era una alondra argentina que vivía en las alturas, recorriendo con su imaginación brillante, las regiones poéticas de la luz y de la belleza”; luego con erudición y profundo conocimiento, completa su extensa semblanza, expresando hacia el final: “Los poetas no mueren! Son la palabra viviente con que la humanidad embellece la vida; son apóstoles del Gay Saber.”*

Encontramos, además, en esas páginas una profusa e interesante información de la localidad de Morón, Merlo, etc., asimismo una gran cantidad de avisadores, etc.

Nos abocamos a este recuerdo primero para informar e historiar acerca del hallazgo del ya mencionado periódico y luego para rendir un grato homenaje al señor Adolfo Alberti, que en aquella década, dedicó buena parte de su tiempo y tal vez de dinero, para fundar, dirigir y administrar “Ituzaingó” con seriedad y altura de hombre de bien y cordial como se lo conoció.

 

*Revista literaria fundada en Barcelona en 1868.